Para que tus accesorios te acompañen por mucho tiempo, es importante darles unos cuidados simples según el material de cada pieza.
Usá tus piezas: el uso diario ayuda a que se mantengan limpias y con brillo natural.
Evitá el contacto con perfume, cremas, productos químicos o ambientes con mucha humedad.
Si se mojan, secalas bien para evitar manchas u oxidación.
Guardalas siempre en su bolsita o estuche para protegerlas del roce.
La plata puede opacarse naturalmente con el tiempo. Para recuperar su brillo:
Podés limpiarla suavemente con dentífrico en seco y un cepillo de dientes de cerdas suaves.
Enjuagá con agua tibia y secá con un paño limpio.
Si estuviste en el mar o en contacto con sustancias abrasivas, podés usar un limpia-metales apto para plata 925.
Estas piezas pueden cambiar de color o volverse rugosas con el uso. Para mantenerlas impecables:
Si tienen textura áspera, pasá una virulana fina en seco.
Para un brillo más profundo, herví agua con 2 cucharadas de vinagre blanco y 1 cucharada de sal, y sumergí la pieza unos segundos.
También podés usar limpia-metales y una franela suave.
Son materiales delicados. Para que se mantengan perfectos:
Evitá mojarlos y mantenelos lejos de perfumes, alcoholes y productos abrasivos.
Guardalos en su envase original o en un lugar seco para evitar daños irreversibles.